Los mensajes de texto, mensajes de correo electrónico y correos electrónicos me llegaron rápidamente y todos expresaban una preocupación similar: mis finanzas están en problemas. Aparentemente, en unas pocas semanas, nuestro mundo se puso patas arriba. Una emergencia de salud pública se extendió por todo el mundo, causando estragos en naciones, ciudades y vecindarios. México no ha sido inmune: los mercados se derrumbaron, los trabajos desaparecieron y, lo más importante, se han perdido vidas.
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